Podríamos considerar los distintos tipos de tensión eléctrica como los diferentes tipos de circuitos que se encuentran a lo largo de una línea eléctrica. La alta tensión, que es la de mayor voltaje, se utiliza principalmente para transportar la energía desde los puntos donde se genera hasta las subestaciones donde se transforma en media tensión; con un voltaje inferior, entre unos 1.000 y 35.000 voltios, la media tensión transporta la electricidad hasta las centrales de abastecimiento, donde se transforma en baja tensión. Así pues, las líneas de baja tensión son básicamente las que se utilizan para el consumo y que se encuentran en la mayoría de los aparatos eléctricos.
Los cables de baja tensión están diseñados para transportar corriente eléctrica con un voltaje relativamente bajo, que suele ser de menos de 1.000 voltios (1 kV). Se utilizan tanto para la distribución de energía eléctrica como en instalaciones de baja tensión, es decir, tanto para la alimentación de equipos como para instalaciones eléctricas en general.
El voltaje de las líneas de baja tensión no es igual en todo el mundo; por ejemplo, mientras que, en Europa, está alrededor de los 230 voltios, en casi toda América se mueve entre los 100-127 V. Ahora bien, lo que no cambia de un territorio a otro es la importancia de cumplir con la normativa que establece los requisitos de las instalaciones y el cableado de baja tensión para garantizar que se utilizan de manera efectiva y segura.
Requisitos del cableado para instalaciones de baja tensión
Las instalaciones de baja tensión son aquellas en las que se produce, transforma, distribuye o utiliza energía eléctrica a 1 kV o menos. Para ponerse en marcha, estas instalaciones necesitan contar con las autorizaciones pertinentes después de haber superado las inspecciones técnicas que correspondan. En España, los requisitos técnicos para el cableado en instalaciones de baja tensión los determina el “Reglamento electrotécnico para baja tensión e ITC”; el punto 9, en concreto, es el que se refiere a los “Sistemas de cableado”.
En resumen, estos serían los principales requisitos para los cables de baja tensión tanto en los sistemas de cableados de los emplazamientos de clase I (lugares en los que hay o puede haber gases, nieblas o vapores que puedan generar atmósferas explosivas o inflamables, y los emplazamientos con líquidos inflamables) como los de clase II (lugares donde hay o puede haber polvo inflamable):
Instalaciones fijas
- Cables de tensión mínima de 450/750V; aislamiento con mezclas termoestables o termoplásticas; instalación bajo tubo metálico rígido o flexible siguiendo la norma UNE-EN 50086-1.
- Cables con protección mecánica: bien con aislamiento mineral y cubierta metálica (UNE 21157), o cables armados con alambre de acero galvanizado y cubierta no metálica (UNE 21.123).
- Con respecto a la reacción al fuego, los cables de baja tensión deben cumplir la norma UNE 20432-3.
Alimentación de equipos portátiles o móviles
- Cables de tensión asignada mínima de 450/750V; con cubierta de policloropreno para servicios móviles; flexibles y de sección mínima de 1’5 mm².
- Su utilización está restringida a lo estrictamente necesario y a una longitud máxima de 30 metros.
Normativa para instalaciones eléctricas de baja tensión
Además de lo establecido en el “Reglamento electrotécnico para baja tensión e ITC”, y en sus diversas modificaciones, existen también una serie de instrucciones técnicas reglamentarias (ITC) complementarias que también afectan a las instalaciones de baja tensión. Estas ITC se suman a las múltiples normas de la Asociación Española de Normalización (UNE) que regulan desde las instalaciones de baja tensión en diferentes emplazamientos o con distintas características hasta los criterios de inspección y verificación de esas instalaciones.
Ventajas y aplicaciones de los cables de baja tensión
Teniendo en cuenta que el cableado de baja tensión se utiliza con la corriente eléctrica destinada al consumo, resulta lógico que las aplicaciones de estos cables sean múltiples. Encontramos cables de baja tensión en construcciones residenciales, comerciales e industriales, como parte del sistema de transportes, o como cables de comunicación para la transmisión de datos.
El cableado de baja tensión puede cumplir diversas funciones: suministro de energía eléctrica; comunicación entre equipos, en sistemas de telecomunicaciones o digitales; conformar redes de iluminación o de control, por ejemplo, de las señales de tráfico; etc.
De hecho, una de las principales ventajas de los cables de baja tensión es su gran versatilidad. Son cables diseñados para la transmisión de energía en distancias cortas que se adaptan a diferentes entornos (urbano, industrial, doméstico…) gracias a su amplio rango de configuraciones eléctricas; suelen incluir varios núcleos, lo que les permite funcionar en sistemas monofásicos o trifásicos de 3 y 4 hilos.
Físicamente, los cables de baja tensión tienen una estructura relativamente simple y son muy flexibles, por lo que son de fácil instalación y adecuados incluso en entornos donde el cableado pueda ser difícil. En estos cables, siempre utilizamos materiales de alta calidad y cumplimos rigurosamente con la normativa, lo que les proporciona una larga vida útil y permite un mantenimiento esencial, sin demasiados costes.
Tipos de cables para instalaciones de baja tensión
A la hora de decantarse por la instalación de un tipo de cableado de baja tensión u otro, deben tenerse en cuenta diversos factores: voltaje que se requiere, distancia de transmisión eléctrica, condiciones de la instalación y la normativa. Son especialmente importantes las circunstancias de la localización de las instalaciones con cables de baja tensión, de modo que se puedan ajustar características de los cables como la resistencia mecánica, protección ante incendios, humedad u otros factores ambientales de la manera más adecuada.
Los cables de baja tensión Sumcab son altamente flexibles y están disponibles tanto con cubierta PVC como de Poliolefina, que presenta excelentes prestaciones en casos de incendios (ignífugos, libres de halógenos, baja toxicidad, etc.). Dentro de esta serie para instalaciones y suministro de energía eléctrica de voltaje bajo, encontramos muchos tipos de cables, divididos en las familias Sumflex y Sumsave, que refuerzan la flexibilidad y seguridad conforme a las necesidades de determinados entornos. Tenemos, por ejemplo, el Sumflex Y-FTR, un cable de trenza de cobre pulido y cobertura de PVC que es especialmente flexible y puede utilizarse en instalaciones fijas en interior y exterior; entre los cables Sumsave, encontramos un básico, el Sumsave RZ1-K 0.6/1kV, que también es un cable de hilos de cobre muy flexible y además cuenta con excelentes prestaciones en caso de incendio.
Son muchos los mercados en los que se encuentran cableados de baja tensión y muchos los tipos de cables que se utilizan en estas instalaciones, por ello, para saber cuál es el cable más adecuado para tu negocio, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de especialistas. Ellos te podrán asesorar y encontrar una solución totalmente personalizada.